Con 3 años, Laura empezó a relacionarse con los caballos dando paseos en poni. Veía a su hermana mayor montar y sentía envidia, hasta que ella misma entró en escuela a los 4 años.
Le gusta competir y concursar en doma, pero lo más importante para ella es la relación que establece con el caballo, «resulta difícil de explicar, ya que es muy diferente a la que tienes con una persona; es muy bonito. Este vínculo me hace venir cada día».
En la escuela montaba con Amina y, ahora que practica la Reprise 2, monta a Alano: «Cada caballo es distinto y lo más importante es tener confianza con él. No todo es montar, sino que también es importante cepillarlo, prepararlo… dedicarle tiempo; te ayuda a acercarte y conectar más con él. Invito a todos a descubrir este mundo».